Cazador numeros de putas arequipa

Amigos hola, si no pago el impuesto vehicular (ya que es auto nuevo) me puede levantar la grua o la policia detener e internar el carro? soy de la provincia de arequipa. En lima creo que tienen SAT pero en Arequipa no tenemos san

É, parece estranho e talvez seja. É uma pessoa que me fez muito mal e me usou muito. Não tenho vontade de voltar a falar com ela, apesar de me dar muito bem com ela, ela é do tipo que usa, se aproveita da fraqueza dos outros e eu já fiquei sendo usado por muito tempo pra alimentar aquele ego podre dela.
KKKKK questão é: eu não consigo parar de pensar no corpo dela. Eu sei que é um pensamento escroto pra caralho, mas justamente pra isso vim desabafar: por mais que eu mesmo não queira acertar não SUPORTO a ideia de que alguém vai usufruir do corpo dela. Pra mim ela era fisicamente perfeita e pensar sobre ela nesse sentido carnal o tempo todo tá meio fora de controle e tá ACABANDO comigo. Tem uma semana que a gente não se fala. É uma sensação de "nunca vou encontrar uma mulher tão gostosa quanto".
Já peço desculpa porque provavelmente essa é uma puta fala infeliz mas eu não penso nisso porque QUERO, é um sentimento INTRISECO e eu quero me LIVRAR dele
DISCLAIMER: quero ESQUECER esse ser humano

¿Quizás alguien sea de aquí de Arequipa? Quisiera saber si conocieran un gym por cerro viejo o cerro colorado, ya que no soy de aquí y no me da el tiempo de salir a buscar por el trabajo.

EU TO PUTO resumindo: fui pra academia e fiz perna, voltei com uma puta dor nas pernas e quando isso ocorre, a dor nas pernas fica por mais ou menos uma semana e eu fico fazendo exercícios enquanto n passa aí agr eu mal consigo levantar e mal consigo andar tbm e meu irmão (um puta sem noção) falou q eu tava sofrendo atoa pq hj é meu último dia de aula e as aulas dele vão ficar por mais uma semana (ain como sofre), nossa na moral q babaca, Q ODIO, pq ele pratica futebol e quando ele tá com dor EU NÃO FALO 1 "a" sobre e eu esperava o mesmo, mas se ele fosse falar sobre e eu esperava q ele tivesse O MINIMO de empatia (ja q isso vive ocorrendo com ele) ou só n falasse nada como eu faço, pqp, um puta babaca, pq na cabeça dele sofrimento se compara e na cabeça dele eu sofri menos q ele e o mundo gira ao redor dele

Saludos. Me hago llamar Aquello.
Es un nombre estúpido que escogí en la adolescencia por algún motivo grandilocuente e igualmente estúpido pero que me da mucha pereza cambiar.
Siempre he querido hacer grandes cosas. Solía tener sueños y aspiraciones.
Pero ya saben, la vida nos pone tarde o temprano en nuestro sitio y nos enseña que sólo somos otro insignificante pedacito de mierda más, flotando en el mismo océano putrefacto. Yo no soy especial. Nadie lo es. Nadie merece más ni menos.
Así que durante mucho tiempo me he resignado a observarles con fascinación, pero sin participar. ¿Porque quien soy yo? ¿Por qué merezco tachar todas esas metas de mi lista? Lo veía como un estúpido acto de egoísmo. ¿Quién va a querer escucharme a mí? ¿Qué pensarían mis padres y amigos? ¿Qué pensaría mi pareja, tan buena, tan feminista y concienciada ella?
Pero llegados a este punto me la suda todo. Porque no tienen esos mismos frenos, ¿verdad?.
No. Les da igual todo. Miran por encima del hombro como si fueran mejores. Les encanta pisotear y ridiculizar, ¿verdad que sí?. Son más importantes que los demás.
No tienen ni puta idea de que son basura, y si lo saben, se la suda.
Y uno traga y traga mierda hasta que llega un punto en que no puede más, pone a alguien en su sitio y todo salta por los aires. Así que llegados a ese punto, decidí que yo también tenía derecho a comportarme como si fuera importante, a cumplir mis sueños y a ser escuchado. Así que ahora van a oir lo que tengo que decir, porque no soy menos, y esto necesito contarlo.
La había escogido hacía mucho tiempo. En parte por su belleza y su trasero respingón y cómo resaltaba en aquellos pantalones en mi opinión excesivamente ajustados. Pero sobre todo por su inocencia, por aquella forma de preguntarme si quería bolsa como con un susurro y aquella mirada cargada de indecisión.
La imagen en su conjunto me resultó irresistiblemente deliciosa, así que tardé muy poco en averiguar más de ella. Cual era su entorno, si tenía pareja, a qué dedicaba el tiempo... ya saben, lo normal.
Pero no quería molestar, así que durante mucho más tiempo del que me gusta admitir me limité a observar. Hasta que, como he dicho, tomé la decisión de que yo tenía el mismo derecho a pisotear a los demás que los demás a pisotearme a mí.
No quería causar más dolor del imprescindiblemente necesario. La esperé en la esquina de alameda por la que sabía que pasaría al regresar a casa con una mezcla inexplicable de miedo, alegría y excitación. ¿Saben la primera vez que dan un beso? Pues algo muy parecido.
Cuando la vi pasar centrada en su móvil, dejando su nuca al descubierto, dudé, pero finalmente allí mismo la golpeé y observé con pena como su cuerpo caía al suelo en redondo. Pero la excitación era mayor. Tiré la piedra, y la cargué rápidamente en mi coche.
Me costó mucho conducir en aquel estado respetando las normas de circulación. Al llegar a mi destino, aún con el motor en marcha lloré como nunca, recordándola. Porque había destruído algo hermoso.
Tal vez me había equivocado. Pero ya no había marcha atrás. El daño estaba hecho.
Tras una eternidad fui a sacarla del maletero. Entonces me encontré cara a cara con aquella mirada inocente que no esperaba volver a ver nunca más. Me había reconocido. Lloraba y suplicaba. Me llamaba por mi nombre. No estaba preparado para algo así. Así que yo mismo volví a empezar a llorar. Así estuvimos cierto tiempo, mirándonos a la cara y llorando los dos como idiotas.
Hasta que descubrí que ya no estaba triste. Con los ojos aún empapados, mi mueca se tornó en una sonrisa y observé con satisfacción cómo la suya mutaba en la más pura expresión de terror que jamás he presenciado. Por fin entendí la broma y me reí como nunca. Reí mucho más que ellos.
Todavía recuerdo los gritos de dolor, la cara del miedo, la humedad de las lágrimas y el olor de la sangre. El terrible poder. El chisporroteo de la leña en llamas. Las tremendas oleadas de placer. El fuerte galope de un corazón y el lento apagado del otro. Los preciosos ojos mirando sin ver. El reconfortante sonido de la sierra en la calma y sobre todo lo demás, el ansiado sabor de la carne.
Tenía que contarlo. Me siento liberado. Ojalá lo hubiera hecho mucho antes.